EL FESTIVAL SUPO ENCONTRAR
LA MEDIDA
Por Víctor Diusabá Rojas
EFE/Luis Eduardo Noriega El
torero colombiano Luis Bolivar celebra con la afición tras cortar dos orejas
durante el Festival Taurino que se realizó en la Plaza de Toros La Macarena de
Medellín.
TEMPORADA TAURINASin
renunciar a la ilusión, la noche se fue abriendo paso para terminar por ver la
luna, esa misma que llegó con un encierro de La Carolina de menos a más y, con
él, la satisfacción de la mayoría de los alternantes del festival de La
Macarena.
Sábado 11 Febrero 2012
Y para darle la importancia
que tuvo, hay que arrancar desde ese comienzo incierto, cuando los dos primeros
turnos de a pie (el festejo abrió con un bravo ejemplar de Vistahermosa que no
halló contraparte en Francisco Javier García) se fueron en blanco, pese a la
voluntad de Diego Urdiales (el suyo, incierto y con malas ideas) y El Cid (un
segundo que se desfondó rápido)
Pero, para fortuna de todos,
ahí comenzaron a cambiar las cosas. El tercero de la noche de los de la
Carolina dio pelea en los medios y permitió que Luis Bolívar construyera series
y encontrara con quién hacer sociedad. Mató, a ley, recibiendo. Dos orejas y
vuelta al ruedo al toro, ambos reconocimientos con un toque de generosidad del
palco.
En el siguiente, también con
movilidad y un poco más de emoción que el anterior, Iván Fandiño mostró amplio
repertorio con el capote, eso, antes de darnos una nueva muestra de esa muleta
con la que expone y se expone. Anduvo firme con la izquierda. El novillo toro
terminó rajadito. Iván apresuró entonces el final con una media espada que hizo
la tarea. Dos orejas.
El quinto ejemplar de los de
la casa mantuvo el promedio y David Mora, despachado en su orgullo por algún
roce previo en el callejón, salió a jugarse entero. Se puso de rodillas y
levantó a la gente en los tendidos. Pero la faena no terminó por encontrar algo
fundamental, las distancias. Vuelta al ruedo tras fallar con la espada.
Juan de Castilla no dio, en
cambio, con el mejor material en el del cierre , pero eso fue lo de menos,
porque anduvo puesto y con la cabeza en función de resolver. Se paró en donde
lo hacen pocos y desde allí sacó los muletazos, mientras el de La Carolina no
cejaba en exigir. Una oreja y nueva bendición de los aficionados a un prospecto
que pisa en firme.
COMENTARIO DE LA LECTURA
La ética de un periodista en su trabajo, es mantener al
lector informados de todo lo que pasa en Colombia. Pero estos periodistas si
pensaran a la hora de redactar una noticia, donde la víctima es un animal que
sufre, llora, y muere por el chuzado de una espada?. Es decir, torturar,
descuartizar, generar dolor es un acto civilizador?. Quizás esté pensando que
aún está en los tiempos de la Santa Inquisición y que los actos de dolor son
actos que reconfortan el espíritu de Dios.
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